Balance de víctimas de un jueves negro en los mercados

Se desploma la acerera Arcelor Mittal, acrecentando el castigo que ya viene sufriendo desde hace tiempo. Otro tanto ocurre con las materias primas y las divisas especialmente ligadas a su devenir, como el dólar australiano. Cobran fuerza el dólar y el yen, de forma inversamente proporcional al comportamiento de los índices directores de las bolsas mundiales. Telefónica y Santander, auténticos motores de nuestro mercado, sucumben ante la imposibilidad de superar las primeras resistencias relevantes con las que este rebote se había topado, arrastrando en su impotencia al índice camino de cerrar la semana justo en la banda de soporte que cotiza entre los 7.425 y los 7.840 puntos.

¿Se acaba el mundo? No, aún quedarían unos meses según las predicciones mayas. Simplemente estamos ante otra vuelta de tuerca propiciada por aquéllos que dominan el mercado en el corto plazo y que no son otros que los bajistas.

No estaban muertos, estaban de parranda. Se habían tomado un descanso, propiciando con ello este alborozo que hemos vivido desde el 13 de septiembre para acá. Y es que un rebote que comenzaba en martes y trece no podía ser bueno.

No hace mucho establecíamos como premisa para creer en esta vuelta al alza la superación en cierres por parte del Ibex 35  de la zona de los 8.800 puntos, aunque con ello nos perdiéramos parte del rebote. La premisa no se ha cumplido y, al menos, nos queda el consuelo de no haber sido engañados por los cantos de sirena que se han escuchado en los mercados estos días.

Ahora sólo toca seguir los acontecimientos y esperar, por el bien de los comprados, que el S&P 500 aguante por encima de la zona de los 1.100-1.080 puntos o que el Ibex no pierda los 7.425.

Publicidad