Momentos hay en los mercados en los que todo se acelera, los sentimientos exacerbados inclinan la balanza de forma brutal hacia uno de los dos lados que mantienen su habitual lucha diaria y ello provoca un aluvión de compras, o de ventas, como es el caso que ahora nos ocupa. Dicho llanamente: hay codazos por salir de los bancos españoles.
Cuando se producen esos picos en el sentimiento, poco importan las llamadas a la calma de las instituciones o los fundamentales que pueda haber detrás de la empresa en cuestión. La consigna es vender cuanto antes y al precio que sea. Ya habrá momento, llegado el día, para volver a comprar los títulos que ahora queman en las manos.
La crisis irlandesa, además de ser un educativo ejemplo de la burbuja que puede llegar a crear el haber convertido a un país de la Eurozona en un seudoparaíso fiscal, es, sobre todo, una crisis de bancos. Una parte importante del rescate de marras irá a tapar el agujero provocado por equivocadas estrategias financieras.
¿Hemos, pues, de suponer que el mercado está descontando una situación similar en España? Si, como casi todo el mundo acepta ya a estas alturas, parece claro que las bajadas de la bolsa española obedecen al descuento que se está haciendo de un más que probable rescate para nuestro país, el hecho de que los bancos vengan siendo los valores más castigados, ¿significa que también aquí se trataría, en gran medida, de tapar sus agujeros?
No tengo una respuesta para esta pregunta, o al menos no una contestación que no fuera una mera suposición personal, por lo que dejo en manos de los lectores el contestar como mejor les parezca.
Lo incuestionable, y aquí entramos ya en el terreno del análisis técnico, es que los bancos no están de moda. Para los que llevamos meses desgañitándonos en este sentido, lo original no es ya dejar constancia de ello, sino mantenerse vigilantes ante cualquier atisbo de un cambio de sentimiento, atisbo que, lamentablemente, no aparece aún por ninguna parte.
Antes al contrario, y siendo consecuentes con las gráficas semanales que acompañamos a este artículo, el escenario más probable es el de la continuidad bajista.
Es cierto, sin embargo, que no todos los bancos españoles presentan el mismo aspecto técnico. A la vista de las series adjuntas, resulta evidente que la banca mediana es mucho más bajista que lo que son los dos grandes (Santander y BBVA). Algunos de esos bancos medianos se encuentran justamente al borde del precipicio que supone perder lo que fueran los mínimos de 2003, lo que da idea del descalabro que han sufrido desde que en 2007 se iniciaran las bajadas. Los hay incluso, como el Popular, que cotizan a precios del siglo pasado.
En definitiva, que mejor abstenerse de acercarse a esa marabunta a la que, por momentos, se asemeja el mercado cuando de vender títulos bancarios se trata. Ya habrá tiempo de entrar, con calma y con argumentos técnicos para ello. Para los que vieran aquella película, mejor no jugar a ser Charlton Heston y dejar que las hormigas rojas (no podían ser de otro color) hagan su trabajo.
Buen domingo, Antonio. Te veo muy seguro de lo que afirmas en el último párrafo.
Dices ahí: «Ya habrá tiempo de entrar, con calma y con argumentos técnicos para ello»
Puede ser; pero también puede ser que -si se disipa (de la manera que sea) el pánico que existe sobre la banca- valores como el SANTANDER se revaloricen de la noche a la mañana con vueltas en un día que le dejan a uno cara de tonto.
Ya me gustaría a mí estar tan convencido como tú de esa frase tuya que te entrecomillo más arriba.
Qué pases buen día. Y gracias por tus análisis siempre.
Un saludo.
Hola Codorníu. Seguridad y bolsa son, nos gusta decirlo, como el agua y el aceite: nunca podrá caminar juntas. En cuanto a una posible vuelta en un día, o un movimiento al alza acelerado, bueno, ya sabes: el primer euro siempre lo ganará otro, más listo o con más suerte. Si se produjera, habría que estar atento al segundo impulso, ése sería el momento de entrar. Un saludo.