Por más que no falte quien asegure que nunca ha perdido en bolsa, casi siempre debido a que realmente jamás se ha jugado un euro de verdad en los parqués, cualquiera le podrá decir que la inversión bursátil no es fácil y que, aunque ponga todo de su parte y tome todas las precauciones posibles, nunca estaremos a salvo de recibir algún rasguño. Ejemplos recientes como el de Pescanova, cuya gráfica apuntaba maneras en el corto plazo antes del notición que todos conocen, nos demuestran de vez en cuando que la bolsa siempre camina cogida de la mano del riesgo. Seguramente eso es lo que la hace tan atractiva.
Pero una cosa es ser consciente de la imposibilidad de alejar por completo esos riesgos y otra muy distinta meterse de lleno y voluntariamente en la boca del lobo. No fuimos los únicos que avisamos del peligro que encerraba un valor como Bankia, imaginamos que cualquier analista medianamente serio dedicaría en su día unas líneas a alertar de la locura que suponía comprar títulos de la entidad financiera.
Cuando en noviembre titulábamos uno de nuestros análisis aludiendo a que el precio de Bankia tendía a cero, algún que otro amigo me tildó en privado de exagerado. Aquel expresivo título, a medio camino entre la licencia poética y el aviso serio a navegantes, va camino de convertirse en una desgraciada y acertada predicción.
Dicen por ahí que los títulos de Bankia deberían valer 0,15 euros, que es tanto como decir que los papelitos de la compañía vienen a costar lo que ese papel al que los amigos de los eufemismos le colocaron el adjetivo de higiénico.
Habrá más Bankias, aquí y allá, y volverán a ser muchos los incautos que caigan, que promedien a la baja y que nunca vean el momento de deshacer posiciones. La bolsa da lecciones dolorosas, aunque no siempre estemos demasiado atentos a sus enseñanzas.
un saludo.
si bankia cayó en 2012 un 90%, en términos de porcentajes cúanto debería de subir para igualar esa pèrdida.gracias
Muy buenas Carlos. Acabas de tocar uno de los temas más curiosos de la inversión bursátil. La «paradoja» matemática que hace que siempre sea, teóricamente, posible ganar mucho más dinero operando al alza que a la baja.
Si algo, como Bankia, vale 4 euros y acaba cotizando a 0,40 euros, habrá perdido un 90 por ciento de su valor. En cambio, para que ese valor vuelva a costar los 4 euros anteriores, debería subir un 1000 por ciento.
Este tema de porcentajes es lo que hace también que, en nuestra opinión, no sea de recibo que todavía queden analistas técnicos que utilicen la escala lineal en sus gráficos. Sólo la escala logarítmica recoge en la serie de precios la cuestión matemática que acabamos de exponer.
Un saludo.