El movimiento al alza iniciado en marzo de 2009 se topó con la zona de los 12,75 euros a finales de ese mismo año, confirmando una pauta bajista en forma de doble techo en el mes de enero de 2010. Lo que en un principio parecía una lógica y sana corrección de lo mucho y rápido que se había subido desde los mínimos dejados en los alrededores de los 4,25 euros, visto con la perspectiva que ahora nos ofrece la serie, se ha convertido en toda una tendencia bajista instaurada en el medio plazo.
Es cierto que en la zona de los 7 euros el precio parece tener un soporte bastante solvente. Se diría que por ahí han dejado los alcistas su verdadera muralla de contención. Pero, dejando a un lado ese detalle, la contemplación del último año y medio de bolsa en BBVA no nos lleva a otra conclusión que no sea la de aceptar bajismo como animal de compañía.
Las directrices que empujan a la cotización hacia abajo son las únicas que pueden marcarse en esta porción temporal de la serie que hoy consideramos. En el corto plazo, ese canal que definen las líneas naranjas es el que lleva el timón.
Más allá de los vaivenes del día a día, y mientras la gráfica no diga lo contrario, BBVA es un valor ordenadamente bajista, con todo lo que ello significa para la operativa.
Seguiremos los acontecimientos.
