No se les puede negar hoy a nuestros bancos que no hayan puesto empeño en tirar del mercado hacia arriba. Lo veíamos esta mañana en el Santander y lo comprobamos ahora en BBVA. La primera parte de la sesión ha sido muy favorable para los alcistas, consiguiendo que los precios superaran resistencias en el corto plazo, como es el caso de esa línea naranja del gráfico adjunto, directriz bajista que venía imponiéndose desde el 21 de septiembre.
Finalmente, tal y como ha ocurrido con el Santander y la directriz bajista que esta mañana veíamos superada, la segunda parte de la sesión ha sido un camino de vuelta que ha venido a dibujar algo parecido a un pull back a las directrices bajistas cruzadas al alza. Podríamos decir que nuestros bancos han elegido un mal día para dibujar rupturas alcistas en el corto plazo. Los resultados de Apple y la subida de tipos en China han pesado más en el ánimo de los operadores, dejando en un sarao de poca monta lo que prometía ser una fiesta en toda regla.
Técnicamente, en el caso de BBVA ese retroceso que comentamos ha coincidido con el enfrentamiento por parte del precio de dos resistencias relevantes en el corto plazo. La primera, esa directriz bajista roja. La segunda, la zona de resistencia horizontal que cotiza en la superación en cierres de los 10,15 euros (banda amarilla superior), nacida con el hueco bajista del 28 de septiembre y que ya ha tenido oportunidad de demostrar que es un hueso duro de roer.
Por abajo, la zona de soporte más inmediata se encuentra en esa banda de precio que va de los 9,60 a los 9,50 euros. Más abajo aún se encontraría la línea azul que marcamos en la gráfica.
No hay motivos para la apertura de largos mientras no tengamos una mínima señal de fortaleza, señal que, a nuestro juicio, vendría con la superación en cierres de las mencionadas resistencias. Aunque la apertura de cortos tiene el atractivo del stop cercano (la superación de esas resistencias), yo preferiría diferirlos a la pérdida de esa banda de soporte que comentamos en los alrededores de los 9,50 euros. Mientras tanto, la cosa queda en una especie de limbo.
Seguiremos los acontecimientos.
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