Fue el mejor entre los blue chips nacionales desde que se iniciara allá por julio del año pasado el gran movimiento al alza en el que todavía andamos sumidos, y está siendo el mejor en estos días un tanto difíciles que hemos vivido últimamente. De hecho, esta acelerada corrección a la que hemos asistido en la bolsa española le ha venido estupendamente al valor, dicho sea en términos chartistas.
Si pedíamos hace ya algún tiempo un descanso que aligerara la carga que el precio venía acumulando, estas caídas le han proporcionado una cura de sueño intensiva. No vamos a buscar retorcidos argumentos para convencerles de ello, ni recurriremos a gráficas plagadas de líneas en las que se haga imposible captar la esencia de las cosas. Nos limitaremos a presentarles la serie diaria y semanal que se adjuntan, simples pero harto elocuentes.
En el gráfico diario pueden apreciar cómo esos cuervos negros han llevado a la cotización hacia la zona de doble soporte que suponían la directriz alcista azul y el hueco alcista de comienzos de año entre los 6,96 y los 7,10 euros (banda amarilla). Por momentos, parecía que la directriz sucumbiría y con ella el soporte horizontal de los 6,95 euros. Pero no parece que las aves de mal agüero hayan conseguido su propósito y quizá ahora los alcistas encuentren fuerzas renovadas para un nuevo impulso al alza.
La gráfica semanal nos ha regalado esa vela que resaltamos y que tiene un prometedor aspecto amartillado. Si no consigue dar paso a una semana netamente alcista (la venidera), lo cual entra dentro de lo probable, al menos habrá dejado claro que los alcistas han conseguido reponerse a una pérdida temporal del control de la situación, dibujando con ello un suelo de mercado.
El alumno aventajado que ha sido BBVA estos últimos meses sigue dando muestras de su valía.
