BBVA. Un buen ejemplo de una forma de ver la bolsa.

Traemos hoy una visión largoplacista del valor (gráfico que ya nos ha visitado varias veces) y una de corto, intentando con ello demostrar cuán importante puede ser el plazo temporal que barajamos en nuestras inversiones a la hora de tomar decisiones operativas. Básicamente, se trata de discernir si un valor se encuentra en el momento óptimo de pasar a formar parte de eso que llaman una cartera de largo plazo (atendiendo a la tendencia de fondo que el valor presente), distinguiéndolo de lo que son operaciones cortoplacistas en las que se intenta arañar pequeñas rentabilidades. Un valor puede ser bajista desde un punto de vista tendencial, como en el caso que nos ocupa, y por tanto sin motivos que nos hagan incluirlo en una cartera largoplacista (ya que, mientras la tendencia no cambie, siempre cabrá la hipótesis de comprarlo más barato), y sin embargo estar dando señal de compra en el corto plazo. Y eso es precisamente lo que ahora mismo ocurre con BBVA.

Mientras el gráfico semanal no apunta más que un rebote sobre una directriz de largo plazo, un mero indicio que no sirve para entender producido un cambio en la tendencia bajista instaurada (para lo cual harían falta cierres semanales por encima de los 15,40 euros), el gráfico de corto plazo (mirando de reojo al indicio que nos da el semanal) dibuja en cambio una pauta de doble suelo en una zona cercana a soporte (el suelo del gran canal azul oscuro), rompiendo además la aceleradísima directriz bajista.

Motivos para las compras en el corto plazo en un valor que aún se encuentra lejos de dibujar un cambio en la tendencia bajista instaurada. Distintas formas de ver la bolsa, que cada uno saque sus propias conclusiones.