El movimiento al alza iniciado por el Euro frente a las principales divisas mundiales en el mes de septiembre, y que en algunos casos arrancara ya desde junio, demuestra un cambio de sentimiento en los operadores respecto a la moneda europea precisamente por, entre otras cosas, tratarse de un movimiento presente en todas las paridades importantes.
Y seguramente una de las monedas que más cara puede vender su piel, junto al Yen japonés, sea el Dólar australiano. Esta divisa, especialmente ligada al devenir de las bolsas mundiales y de las materias primas, será un hueso duro de roer para el Euro. Lo que en algunos pares, como es el caso del Euro/Dólar estadounidense, parece ya un cambio de tendencia en toda regla de bajista a alcista, en el cambio Euro/Dólar australiano no pasa todavía de un mero rebote dentro de una gran tendencia bajista.
Echad un vistazo a la serie diaria de la izquierda y comprobad cómo la tendencia imperante, más allá de puntuales y hasta violentos rebotes, es bajista para el Euro.
En el estricto corto plazo, serie intradiaria de la derecha, la pérdida de esa directriz azul estaría cuestionando el dominio alcista de la situación y la continuidad de las subidas. Ciframos la prueba del nueve en el mantenimiento o pérdida en el muy corto plazo de esa línea verde que cotiza en la zona de los 1,4050 dólares australianos. Si la misma es también cruzada solventemente a la baja, el escenario más plausible sería aquél que diera por muerto el rebote iniciado en septiembre y el reinicio de la tendencia bajista de fondo.
Seguiremos los acontecimientos.
