Dejábamos en nuestro último análisis del par Euro/Dólar a la moneda europea a las puertas de confirmar una típica pauta chartista de vuelta al alza en forma de taza con asa. Obviad todas las líneas que marcamos en la serie diaria (la de la izquierda de las dos que acompañamos) y centraos en la contemplación de la línea anaranjada. Pues bien, todo lo dibujado por el cambio debajo de esa línea naranja constituye la pauta que mencionamos, marcando con la elipse amarilla el momento de la ruptura al alza y confirmación de la propia pauta.
A nosotros, siempre un poco dados a las metáforas, nos gusta decir que esa confirmación, con la superación por parte del precio de la línea que constituye el borde de la taza, equivale al derramamiento del contenido alcista que la formación atesoraba.
En puridad chartista, estamos ante una pauta de cambio de tendencia (lo cual, por otra parte, ya es obvio a estas alturas), con proyecciones teóricas para el precio equivalentes a trasladar sobre la gráfica (recordamos que la nuestra lo es en escala logarítmica) la altura de la propia taza (línea punteada negra de la izquierda) al punto de ruptura (línea punteada negra de la derecha). Así, de esa forma, trabajamos con una hoja de ruta que nos dice que el precio debería tender a la consecución de la cotización que marca el final de esa línea punteada negra que hemos trasladado, y que en el caso que nos ocupa anda por los alrededores de los 1,50 dólares.
Lo que en modo alguno podemos afirmar es cuánto tiempo debiera invertir en conseguir tal objetivo o cuánto tiempo debiera transcurrir para dar por fallida ya su consecución. El tiempo es una variable especialmente esquiva al análisis chartista.
Eso sí, podemos mantener que la aceleración alcista que empuja al Euro desde la jornada del 10 de septiembre deberá dar paso, necesariamente, más tarde o más temprano a una corrección (ya sea en el precio o en el tiempo) que limpie la tendencia y que haga renacer nuevas fuerzas que emplear en futuros movimientos.
Ese canal alcista que describe el cambio en gráfico de 120 minutos y que podéis ver en la serie de la derecha es, además de impresionante por lo acelerado, imposible de mantener por mucho tiempo.
Pero el operador no debe jugar a ser adivino. Si alguien abrió largos con el cumplimiento de las premisas que por aquí establecimos en nuestro análisis del cinco de septiembre, aún no tiene sobre la mesa motivos para su cierre.
Seguiremos los acontecimientos.
