Se muestra implacable esa directriz bajista nacida tras superar fugazmente el cambio la zona de los 138 yenes. Esa línea roja de nuestro gráfico ha detenido otra vez hace un rato el último intento del euro de recomponerse al alza.
Vigilaremos los acontecimientos, ante una eventual e inminente rotura al alza de esa directriz bajista. Ello constituiría un primer síntoma de debilidad en la tendencia a la baja de corto plazo. Por abajo, ese nivel de los 131,75 yenes (línea verde) constituye el soporte horizontal que está evitando que la cosa llegue a mayores. Parece un suelo fiable, y precisamente por ello su pérdida solvente podría abrir la puerta a un movimiento a la baja de cierto calado.