Si algo nos viene demostrando este sostenido movimiento alcista iniciado en marzo, es lo inútil y peligroso que puede resultar intentar ver a cada momento el final de las subidas. La fortaleza alcista está fuera de toda duda, sobre todo si se echa un vistazo al gráfico del Dow Jones Industrial. Esa última vela semanal (prácticamente un marubozu alcista) es la evidencia.
Sin embargo, y teniendo claro que lo dicho es la premisa actual a tener en cuenta, nos gusta siempre barajar otras posibilidades, aunque sólo sea como hipótesis en la recámara. Esa última vela semanal del Nasdaq 100, en zona de fuerte resistencia horizontal, es una invitación a elucubrar con cuál pueda ser el aspecto de la vela que tendremos el viernes que viene.
Sabemos por experiencia que toda tendencia ha de contar con los índices tecnológicos de su lado. De lo contrario, siempre cabe albergar dudas sobre su bondad. Sería algo así como una manifestación moderna del principio de confirmación de la teoría de Dow.
Seguiremos los acontecimientos.