Cosas de la bolsa: el minuto que nunca existió

Dentro de la locura vivida en los mercados en la tarde del pasado jueves 6 de mayo, hubo un caso especial encarnado por la empresa norteamericana de outsourcing Accenture (si hay algún outsourcinero en la sala y tiene a bien ilustrarnos con los detalles del oficio, bienvenido sea). Y es que, según rezaron los titulares de aquella noche, sus títulos pasaron en un minuto de cotizar por encima de los 40 dólares a valer  sólo un centavo.

No quiero ni pensar lo que debió sufrir el corazón de algún jubilado de Kentucky que tuviera depositados en la compañía los ahorros de toda una vida y que en aquel momento estuviera consultando el saldo de su cuenta de valores.

Y quizá por salvaguardar la salud coronaria del país o la del sistema mismo, o por ambas cosas, parece que las autoridades regulatorias de ultramar van a proceder a anular todas, o la  mayor parte al menos, de las operaciones realizadas en aquellos momentos de locura. Y tanto es el celo que van a poner en borrar de la memoria colectiva aquella pesadilla que ya hoy es difícil encontrar en las páginas financieras norteamericanas gráficos que dejen constancia de aquel hecho. Parece ser que el NYSE ha decidido borrar ese minuto de su histórico de datos oficiales. De hecho, el gráfico de más abajo de It-finance ya no recoge esa caída en el valor. Otras plataformas, como Prorealtime, se quedan a medio camino entre mostrar la realidad de lo ocurrido y la realidad oficial y nos muestran una caída intradiaria que sólo llegó hasta la zona de los 27 dólares.

¿Acaso nunca ocurrió que Accenture llegara a cotizar a un centavo de dólar? ¿Ha sido todo fruto de nuestra imaginación calenturienta de especuladores? Nos decidimos a indagar y, voilà!, nos topamos con la imagen de más abajo en la edición digital de The Wall Street Journal: definitivamente, el mínimo de Accenture en 52 semanas es de ¡0.01 dólares! Finalmente, encontramos una prueba gráfica en la versión java de Visual Chart. Archiven en su retina esa imagen, es muy posible que dentro de unos días o meses no quede vestigio alguno de lo ocurrido, lo que no implica que no pasara realmente y que algún día no vuelva a ocurrir. Cuando en el mercado se combinan uno de los sentimientos extremos de la sicología humana (el pánico) y los fallos del sistema de órdenes, todo es posible.

Sea como fuere, aquel jueves 6 de mayo de 2.010 tuvo 1.440 minutos, por  más que acabe pasando a la historia bursátil como el día que sólo duró 1.439 minutos.

Seguiremos los acontecimientos, incluso aquéllos que pretendan borrarnos.