Hay ocasiones, raras, en las que una onda correctiva se desarrolla de una forma un tanto peculiar: mientras la cadena de mínimos relevantes decrecientes está presente, no ocurre lo mismo con la sucesión de máximos relevantes. La cotización va marcando mínimos cada vez más bajos, pero los máximos no respetan esta lógica bajista y se producen superaciones de los anteriores.
Este tipo de formaciones reciben el nombre técnico de expansivas. Estaríamos ante los llamados triángulos expansivos o invertidos. Pues bien, la corrección que el Dax alemán viene desarrollando desde mediados de septiembre adopta una forma que se asemeja bastante a este tipo de pautas.
Como todos los triángulos, será por definición una figura de continuidad de tendencia. Estaríamos, en teoría, ante un descanso para seguir subiendo. La mayor parte de las veces un triángulo se rompe en el sentido de la tendencia previa, que en el caso que nos ocupa sería la alcista nacida a principios de junio. Ésa es la teoría, y como tal hay que tomarla, sería el escenario más probable.
Ayer anduvimos muy cerca de tocar esa directriz alcista (línea azul en la gráfica adjunta) de la que el Dax se separó hace unos meses para dar un aspecto más vertical a las subidas. Quizá esta onda correctiva acabe con una vuelta a ese alcismo más calmado que la directriz azul representaría.
En el muy corto plazo, lo que ahora toca barajar es si, tras el toque de ayer a la base del triángulo, estamos ya en pleno movimiento de rebote hacia la parte alta. No se ve excesiva decisión en el índice, aunque mejor esto que verlo merodear por la parte baja de la formación.
Seguiremos los acontecimientos.