El mercado tiene razones que la razón no entiende. Ha decidido que este mes de febrero debía cerrarse prácticamente en mínimos y justo en ese nivel de los 7.000 puntos, o lo que es lo mismo, al borde del precipicio que significaría perder las referencias que sirvieron de suelo en 1.997 y 2.002.
Está por ver si este marzo que nos viene cruzará de forma solvente ese límite, aunque el aspecto de la última vela mensual augura que, al menos en el intrames (expresión registrada, absténganse plagiadores), es probable que veamos nuevos mínimos.
Podríamos adentrarnos en el terreno de la elucubración y hablar de los 4.000 puntos como referencia gráfica para la cotización. Incluso mencionar que el S&P 500 podría acabar de confirmar una pauta de doble techo con objetivos en los alrededores de los 400 puntos. Pero mejor lo vamos a dejar para otro momento.
Vamos a ver cómo se comporta la primavera que está a la vuelta de la esquina. Esperemos no tener que rememorar aquellas palabras de Shakespeare, cuando decía ¡Cuídate de los idus de marzo!
