El día 10 de septiembre de 2.001 el índice Dow Jones Industrial cerraba la sesión cotizando en los 9.605 puntos. Al día siguiente, el 11 de septiembre, todos sabemos de sobra qué ocurrió. Hoy, ocho años después, el Dow Jones Industrial iniciará la sesión desde los 9.627 puntos en que cerró ayer. Aunque los números vienen a decirnos que nos encontramos en el mismo punto, lo cierto es que ha llovido mucho desde entonces.
Por el camino hemos aprendido algunas cosas. Por ejemplo, que las caídas que se producen de forma violenta y por razones ajenas al mercado acaban por ser recuperadas en no demasiado tiempo (en poco más de un mes el índice volvía a los niveles del 10 de septiembre). También hemos aprendido que las tendencias no son eternas, y así la impecable tendencia alcista iniciada en 1.988 se ha visto finalmente rota. O que no existen niveles inviolables, habiendo asistido a la rotura a la baja de los mínimos de 2.002-2.003, zona infranqueable para algunos.
Y posiblemente ahora andemos inmersos en otra lección: la que nos enseña que las subidas verticales necesitan de sus correcciones, máxime cuando la tendencia de fondo imperante (bajista, por supuesto) está aún lejos de ser dada por difunta. En los alrededores de los 10.000 puntos de este índice (1.100 puntos en el S&P 500) vemos por aquí un lugar idóneo para comenzar a impartir esa lección. Habrá que estar atento a ese maestro implacable que es el mercado.