Echen un vistazo a la primera de las gráficas que acompañamos, la intradiaria en velas de cuatro horas. Comprobarán cómo, tras perder la directriz alcista (línea azul) nacida a mediados de noviembre, el Euro/Dólar ha realizado un perfecto pull back a ese soporte cruzado a la baja, para reiniciar las caídas.
Técnicamente, un pull back (retroceso o paso atrás, si prefieren términos en castellano) no puede darse por completamente dibujado hasta que la cotización no supera o pierde (según el sentido de la rotura previa) el nivel máximo o mínimo que siguió a la ruptura al alza o a la baja, y que fue justamente el nivel de precios que dio lugar al inicio del retroceso.
En el caso que nos ocupa, sólo cuando el Euro/Dólar cruzara a la baja los 1,30 dólares con claridad podríamos dar por dibujado el paso atrás, entrando en juego las implicaciones bajistas que estas figuras determinan, y que son, básicamente, de continuidad de las bajadas.
La pérdida contundente de esa zona de los 1,30 dólares tendría, además, consecuencias negativas sobre el aspecto técnico del cambio en gráfica diaria. Vuelvan ahora la vista a la serie de la derecha de las que se acompañan: observen cómo la directriz alcista que guía el provechoso movimiento al alza iniciado a finales de julio, y que coincidió en el tiempo con el impulso alcista de las bolsas mundiales, viene a valer actualmente justo esos 1,30 dólares que citamos.
Es cierto que un toque a esa directriz, seguido de una vuelta al alza, sería un momento especialmente óptimo para ponerse largo en la paridad. Pero, llegado el momento, también planearía sobre el Euro/Dólar la amenaza de una eventual ruptura bajista que enturbiara la visión alcista del cambio en el medio plazo. Así las cosas, si ese encuentro entre precio y soporte se produce, no tengan prisa por actuar, dejen que las cosas se clarifiquen antes de pulsar la tecla adecuada.
Seguiremos los acontecimientos.