Las dos últimas jornadas, con un apreciable aumento de volumen, han dejado ver cómo los bajistas siguen merodeando por el mercado. Tras la manifiesta imposibilidad que el Santander ha demostrado para superar esa zona de resistencia de los 5,60-5,65 euros (banda amarilla superior en el gráfico), ha venido a ocurrir lo que habitualmente sucede en estos casos: el precio decide buscar soportes en los que apoyarse.
Y la zona elegida para buscar ese apoyo ha sido la del soporte intermedio de los 5,30 euros en cierres (banda amarilla inferior en la serie adjunta). De hecho, ayer se salvaron los muebles por los pelos, cuando todo apuntaba a la búsqueda del soporte horizontal que cotiza más abajo, en los alrededores de los 5,10 euros.
El salvavidas que suponen esos 5,30 euros ha conseguido mantener a flote al Santander, aunque en las subidas que se viven esta mañana no se ve un especial interés de los operadores (poco volumen). La cosa huele más bien a la presencia en el parqué de cazadores de gangas.
Sea como fuere, lleva el Santander ya prácticamente dos meses moviéndose en el rango lateral que definen, por arriba, los 5,65 euros y los 5,30 en cierres por abajo. ¿Se romperá cualquier día de estos? ¿En qué sentido se producirá la ruptura? ¿Vendrá con esa hipotética rotura el inicio de un tramo sostenido al alza o a la baja?
Muchas preguntas o, lo que es lo mismo, muchos motivos para no perder de vista al mercado.
