El movimiento al alza iniciado este verano por el Euro en su cambio frente a las principales divisas entró a mediados de septiembre en una fase de alocada verticalidad que, como suele ocurrir en estos casos, no fue otra cosa que la antesala del agotamiento alcista.
La corrección que vive el Euro/Yen en el corto plazo, tras mostrarse incapaz de superar con claridad la zona de los 103,50 yenes, va camino de toparse con la directriz alcista (línea azul en la gráfica adjunta) nacida a finales de julio, directriz que justamente da forma a un alcismo más pausado y más tendencial, dicho sea todo ello en términos de corto plazo.
Del resultado final de ese nuevo encuentro entre el par y esa directriz alcista dependerá la calificación del escenario técnico. Si aguanta y consigue que el Euro remonte, mantendremos una visión alcista del corto plazo. Si sucumbe, la zona de los 99 yenes (línea verde) será el último clavo ardiendo al que podremos agarrarnos para seguir aceptando alcismo como animal de compañía. Por debajo de esa cota, todo habrá cambiado.
Seguiremos los acontecimientos.