Las directrices se rompen, se redibujan y el alcismo o el bajismo de fondo del que son reflejo sigue la mayor parte de las veces vigente. Sólo cambia el nivel de aceleración, o la pendiente, que su mantenimiento imprime a la serie de precios. Por definición, la pérdida de una directriz alcista se interpreta como una señal de venta, no tanto porque con ello el alcismo imperante en el mercado se haya acabado, cuanto porque esa rotura a la baja indica que los alcistas se muestran ya incapaces de mantener sobre los precios el empuje que venía guiando dicha directriz.
¿Y a qué viene todo esto? Pues la idea nos viene como anillo al dedo para su aplicación práctica sobre la serie del futuro del Dow Jones Industrial en riguroso tiempo real. Dejando a un lado cómo pueda acabar la sesión de hoy, lo cierto es que ahora mismo el futuro del Dow está perdiendo esa directriz alcista que ha guiado todo el movimiento iniciado en el mes de marzo, dando con ello un indicio del cansancio que atesora el bando alcista.
Operadores de muy corto plazo tendrían con esto ya motivos suficientes para el cierre de sus posiciones largas en el índice, pensando en que el precio necesite apoyarse, como mínimo, en esa línea verde inferior. Y un cortoplacista siempre valora un cierre para comprar más barato como una operación ganadora.
Eso sí, para entender que se ha producido un deterioro del aspecto técnico en toda regla deberían perderse en cierres los mínimos del día 27 de noviembre en los 10.115 puntos.
Seguiremos los acontecimientos.