La petrolera Galp constituye uno de los valores más atractivos de la bolsa portuguesa, no sólo por su capitalización y la cantidad de dinero que mueve habitualmente (bastante grande para un mercado tan estrecho como el luso), sino también por la tendencia alcista que el título desarrolla desde que en octubre de 2.008 marcara mínimos. Tanto es así que el valor se permitió pasar de puntillas sobre los mínimos que en marzo de 2.009 desarrollaron los mercados en general.
No es el de las petroleras un sector que ande muy fino últimamente, y para muestra valen las series de las grandes compañías del sector en Estados Unidos, pero Galp tiene seguramente particularidades que la hacen disfrutar de una apreciable independencia de cara a la operativa. Se preguntará algún lector sobre la razón por la que preferimos proponer para la operativa un valor como Galp y no la representante española del sector, léase Repsol. Los motivos tienen que ver con algo que ya hemos repetido muchas veces por aquí: preferimos tener a la tendencia de nuestro lado, y mientras en Galp la tendencia alcista no se ha visto especialmente afectada con la corrección, en el caso de Respsol aún hay mucha tela que cortar para que el escenario se acabe aclarando. Teniendo en cuenta que la operativa en estos valores europeos, si se hace a través de cfd´s, no supone mayor gasto que la operativa en valores nacionales, no encontramos problema alguno en traspasar las fronteras buscando oportunidades allí donde se encuentren.
Técnicamente, Galp debe superar solventemente en cierres el nivel de los 12 euros para entender como hipótesis más probable la de un paulatino acercamiento al techo del canal de líneas verdes primero y a la línea superior azul después, si la recuperación general acompaña. Incluso podríamos afirmar que una superación de esos 12-12,15 euros habría confirmado una pauta de vuelta alcista en forma de hombro-cabeza-hombro invertido.
Los stops a aplicar a eventuales posiciones compradoras en el valor dependerán un poco del perfil de cada inversor. Un cortoplacista encontraría en la zona de los 11,45 euros un nivel apropiado para colocar su stop de protección. Un poco más abajo, en la pérdida en cierres de los 11,20 euros se encuentra otro punto de soporte aprovechable como stop. Y, por supuesto, el suelo de esos canales azul y verde constituye la zona cuya pérdida serviría como señal de cierre para un operador más medioplacista.