La petrolera portuguesa ha acabado hoy la sesión perdiendo casi un seis por ciento, con un volumen de contratación anormalmente alto. Las razones para esta fuga de dinero hay que buscarlas en una noticia: la italiana ENI ha realizado eso que llaman una colocación acelerada y ha vendido un cuatro por ciento de la compañía portuguesa a 11,48 euros por acción. Los operadores han hecho rápidamente la cuenta de la vieja y los títulos de la compañía han cerrado sólo dos céntimos más arriba de ese precio.
Hace unos días tuvimos oportunidad de asistir a otra colocación de este tipo en la bolsa española, cuando la familia Del Pino hizo lo propio con los títulos de Ebro Foods a un precio de 13,30 euros por acción. Andan con prisas por salir aquéllos que un día no se cansaron de proclamar que su participación en el capital tenía vocación de continuidad.
En el caso de Galp, ese significativo hueco bajista dejado por la noticia marca en la gráfica a fuego una resistencia horizontal para futuras recuperaciones de la cotización en la superación en cierres de los 12,22 euros. Archiven este dato, ya que la mayor parte de las veces estas situaciones producen un efecto negativo en los precios pasajero, siendo habitual ver al poco tiempo cómo la cotización vuelve a luchar por recuperar los niveles anteriores a la colocación. El «efecto salida» no suele ser duradero.
En los alrededores de los 11 euros confluyen importantes soportes para el precio (las líneas negra y roja que marcamos en la gráfica). Si los títulos de Galp se dirigen hacia esa zona, habrá que ponerla en vigilancia, ya que el rebote podría estar servido.
Seguiremos los acontecimientos.