Pertenece Gamesa a ese nutrido grupo de valores cuya única razón para pertenecer al Ibex 35 es precisamente la necesidad de completar dicho número de componentes. Esta cualidad le otorga un carácter un tanto chicharrero en el comportamiento del precio, entendiendo por tal la capacidad inherente a su cotización de moverse en alocados movimientos, tanto al alza como a la baja.
Puede, sin duda, ser esto motivo suficiente para que muchos operadores usen a Gamesa como campo de batalla habitual en el trading cortoplacista, y desde luego desde aquí lo vemos como una opción preferible para dichos menesteres a la de esos minúsculos títulos del Nasdaq que tanto se han predicado para la faena de la operativa en las distancias cortas.
Pero ello no debe impedir que las cosas hayan de ponerse en su justa perspectiva. Gamesa, además de un chicharro que puede producir jugosas plusvalías (o cuantiosas pérdidas) en poco tiempo, es sobre todo un valor tremendamente bajista en todos los plazos, de suerte que en su serie se nos hace imposible encontrar resquicio alguno que permita pensar siquiera en un suelo de mercado.
Así las cosas, cada acercamiento del precio a una zona de resistencia debe verse como la antesala de una vuelta a las caídas, debiendo extremarse la vigilancia si se tuvo la suerte de comprar a precios más bajos.
La serie que adjuntamos recoge sólo una mínima parte de la tendencia bajista que desarrolla el título estos últimos años, pero es suficientemente ilustrativa de la idea que pretendemos transmitir al lector: cada fase de recuperación o de estabilización en el precio (líneas azules) ha servido seguramente para atrapar a un nuevo grupo de inversores aficionados a operar sin stops de protección.
Las roturas a la baja de esas zonas de soporte se han producido con volumen alto y dejando tras de sí un significativo hueco bajista. La última de ellas, la que supuso la pérdida de la zona de los 2,95-3,05 euros, ha dejado en esa cota de precio una resistencia para futuras recuperaciones. Esa barrera, junto con la que supone la directriz bajista nacida con los máximos de octubre del año pasado (línea roja superior), marcan como opción más plausible para el futuro inmediato la de asistir a un retroceso en la cotización, acaso en busca de la línea roja inferior.
Seguiremos los acontecimientos.