Leía ayer las palabras de Jorge Calvet, el hombre que cobra el sueldo presidencial en Gamesa, y todavía no he logrado reponerme del asombro. Según este buen señor, la primera y principal causa del desplome bursátil de las acciones de la compañía no es otra que el ser una empresa española.
Parece que el hecho de tener su sede social a este lado de los Pirineos impide que corran buenos vientos para sus molinos. De todas las razones posibles para el descalabro bursátil, elige la nacionalidad como la primera a esgrimir ante sus sufridos accionistas. Parece que Don Jorge le ha cogido últimamente el gusto a esto de las disculpas.
La crisis económica, que ha obligado a que las políticas energéticas de buena parte de los países tengan que anteponer estrictos criterios de rentabilidad a los ideales ecologistas, la competencia internacional creciente, la burbuja creada años atrás en torno al sector o simplemente la inadecuada gestión empresarial no sirven para este señor como explicaciones plausibles del desplome bursátil.
¿Han visto ustedes a Amancio Ortega lamentarse de la españolidad de Inditex? ¿Acaso ha supuesto eso un handicap para la compañía gallega en su expansión internacional o en la cotización de sus acciones?
Esto de echar balones fuera, además de pueril, no ayuda mucho a conseguir que los títulos de una compañía tan castigada como Gamesa consigan remontar el vuelo, a no ser que lo que realmente se pretenda sea preparar el terreno para una deslocalización en toda regla. Quizá colocar como domicilio social en la tarjeta de visita algún paraíso fiscal, como las Islas Caimán, además de trasladar sus factorías a algún país con sueldos miserables y jornadas laborales extenuantes, lastre menos en el futuro las aspas de la compañía.
Las evidencias están ahí, por más que se empeñen en ocultarlas. El sector de las renovables no atraviesa un buen momento en ninguna parte. Recuerdan nuestro análisis de octubre: ¿acaso los títulos de Vestas, otra grande del sector, también están siendo penalizados por ser una compañía danesa?
Adjuntamos a este artículo las gráficas semanales actualizadas de ambas compañías. Comparen el discurrir de la penalizada española y el de la no menos penalizada no española. ¿De verdad creen que es una cuestión de nacionalidades?
Vivir para ver.
Desde luego el gobierno de España, ha hecho una gestión desastrosa de la crisis y una regulación del sector de energías renovables catastrófica; creando incertidumbres, cambiando las reglas del juego en mitad del partido.
No pase esto por alto, porque aquí si tiene mucho que ver la nacionalidad.
¿ve usted normal que un líder global en energía eólica, no venda 1 solo molino en su propio país, en casi 2 años? Porque eso no ha pasado en Dinamarca, ni en ningún otro sitio