De la misma forma que los ricos también lloran (aunque usen caros pañuelos de seda para limpiar sus lágrimas), también así los valores alcistas corrigen. En ocasiones, incluso corrigen más de lo que fuera deseable, sin que por ello deban ser eliminados de la carpeta de títulos en tendencia al alza.
Grifols no debería haber perdido los 25 euros, como tampoco debería haber cruzado a la baja hace unos días la directriz alcista que marcamos en azul en la gráfica adjunta o haber hecho hoy otro tanto con la alcista verde. Pero las cosas no siempre suceden como a nosotros nos gustaría que ocurrieran, ni tienen que seguir necesariamente un perfecto patrón técnico.
Obviamente, la profundización en la corrección que los eventos citados supone es incuestionable y no faltarán operadores que en ello quieran ver ya motivos para el cierre de las posiciones compradoras que vengan desde abajo, convirtiendo las plusvalías latentes en ganancias reales, quedando a la espera de futuros acontecimientos para volver a entrar cuando la gráfica lo aconseje. Otra cosa es querer ver en esa concatenación de hechos negativos en el corto plazo un cambio en la tendencia de medio/largo plazo. De momento, ésa sigue siendo netamente alcista.
¿Dónde podrían parar las caídas y retomarse de una vez por todas la senda alcista? En la banda de precio que va de los 23 a los 23,65 euros cotiza el primer gran soporte horizontal. En el mantenimiento en cierres de los 20,60 euros habita el soporte con mayúsculas cuya pérdida sí supondría ya una mutación en la tendencia de medio plazo. Esperemos que no haga falta llegar tan lejos para que Grifols vuelva a darnos alegrías.