Si una parte importante del mercado se encuentra en las inmediaciones de los máximos relativos desde el tirón alcista de marzo. Si, en todo caso, la generalidad del mercado acumula una considerable revalorización desde que en marzo se tocara suelo. Si todo esto ocurre y, en cambio, un valor como Grifols acumula un escaso once por ciento de revalorización desde mínimos, es que el mercado tiene motivos poderosos.
¿Cuáles puedan ser esos motivos? Lo desconozco. Pero sé que el precio lo descuenta todo y con eso me basta.
A mayor abundamiento, Grifols podría rebotar hasta el nivel de los 12,90 euros y estas ideas que hemos expuesto seguirían vigentes. Claro está que en ese hipotético rebote hay mucho a ganar.
En esto de los suelos que comentábamos antes a propósito de Bolsas y Mercados, siempre hay dos formas de actuar: una, a la ciega, consiste en comprar sin esperar demasiadas señales de reconstitución alcista; la otra, más reposada, necesita de algún motivo técnico añadido que nos empuje al barro de las compras.
La primera forma de actuar tiene la ventaja, si se está dispuesto a ser disciplinado con los stops, de la atractiva ecuación riesgo-rentabilidad, dado lo cercano del stop de protección. La segunda pone de su lado una decisión con más argumentos y que, teóricamente, cuenta con más posibilidades de éxito.
Elegir una u otra opción depende de cada uno. Los partidarios de la primera podrían estar ya comprando con stop en cierres por debajo de los 11 euros. Los segundos quizá necesitaran ver un segundo impulso alcista desde esa zona de soporte horizontal, lo que no se produciría hasta la superación de la zona de los 11,60 euros.
Seguiremos los acontecimientos.