No es la bolsa, y mucho menos el análisis bursátil, un sitio muy recomendable para quien no sea capaz de soportar el error como inseparable compañero de viaje. Detrás de cada operación, de cada idea y de cada recomendación se encuentra, como una espada de Damocles, la posibilidad de que el mercado tome un camino diferente al que constituía nuestro escenario. De ahí que los inversores, y los analistas, sensatos marquen siempre ese punto cuya pérdida o superación nos esté diciendo que hemos cometido un error y que lo mejor es cortar por lo sano, antes de que la cosa llegue a mayores. Por supuesto, también están los que nunca fallan, pero ésos o no han invertido en su vida en la bolsa o son unos mentirosos compulsivos.
No viene mal de vez en cuando practicar el sano ejercicio de reconocer los errores, más que nada para evitar cierto endiosamiento y así poder seguir aprendiendo. Y los dos valores que ahora traemos forman parte de esa carpeta de errores que ocupa un lugar destacado en mi ordenador, no tanto por lo más o menos poblada que esté, sino por tenerla siempre presente.
Nos pareció que Bankinter, con la superación de los 7,20 euros, se podía ir cerca de los 8 euros, y de los 7,50 no pasó. Lo que vino después se aprecia en la gráfica y no merece mayor comentario. No sé qué descuenta el mercado en el valor, pero no parece nada bueno.
Igualmente, creímos que Grifols se podía ir a los 13 euros, pero no pudo con la resistencia de los 12,45 en cierres y el desplome de estos últimos días, con volumen y huecos bajistas, no tiene buena pinta.
En fin, un par de errores recientes que añadir. Se aplican los stops y a otra cosa. Minimizar las pérdidas y dejar correr las ganancias, de eso se trata.
Seguiremos los acontecimientos, incluso cuando el rumbo que marquen no sea el previsto.