Desde que en la primavera de 2009 la bolsa de Nueva York hiciera suelo, y tras el típico movimiento violento al alza, los índices directores de Wall Street describen canales alcistas que han sido inmaculadamente respetados estos últimos años.
Curiosamente, cada techo temporal de mercado que se ha producido desde entonces ha coincidido con la consecución de máximos relativos a finales del mes de abril. Ocurrió así en 2010, en 2011 y también esta última primavera. Los seguidores de las pautas estacionales deben estar encantados con tan ajustado comportamiento de la mayor bolsa del mundo.
La diferencia, importante, entre lo ocurrido este año y los dos anteriores es que esta última corrección primaveral no ha llevado a las cotizaciones camino del suelo de los canales que describen los índices. A principios de junio los alcistas se recompusieron, haciéndolo con tal ímpetu que en pocos meses fueron capaces de llevar a los precios camino de la obtención de nuevos máximos relativos, a mediados de septiembre.
La situación pierde encanto para los amantes de las pautas estacionales. Por decirlo de alguna manera, tendríamos en tareas pendientes el dibujo de una gran corrección que llevara al S&P 500, Dow Jones Industrial y Nasdaq al encuentro de esas directrices alcistas que sirven de base a los canales que se dibujan en el medio/largo plazo.
La cuestión que surge a continuación cae por su propio peso: ¿estamos asistiendo estas últimas semanas al inicio de esa corrección pendiente? Todo es posible. Desde luego, no podemos afirmar, como lo habríamos hecho hace un par de meses, que establecer ese escenario como hoja de ruta sea un disparate. Las gráficas semanales dejan constancia del actual control bajista de la situación y, mientras no cambie el mensaje que nos ofrecen, la continuidad en las caídas es la hipótesis más plausible.
Habrá que estar atentos especialmente al Nasdaq 100. Este índice, siempre el primero de su clase en las subidas y en las bajadas, denota un apreciable adelanto en el desarrollo de la onda correctiva. En consecuencia, es de esperar que también será el primero en dar síntomas de la finalización de las caídas.
Seguiremos los acontecimientos. Sobran motivos para estar pendientes del mercado.
