Primero fue la directriz bajista roja la que estaba al mando de la nave, después fueron esas alcistas azules las que se hicieron con el timón, y ahora parece que es esa lateralidad que definen las líneas verdes de la gráfica que se adjunta las que marcan el rumbo por el que navega Iberdrola. Sin duda, la gráfica muestra una perfecta sucesión de tendencias.
No incluimos el pasado lunes a Iberdrola entre los grandes valores damnificados por aquella negra sesión, y no es que el valor no haya sufrido las consecuencias de las caídas vividas estos últimos días, pero lo cierto es que la estructura gráfica de la eléctrica en el corto plazo presenta una singularidad que la hace acreedora de un tratamiento separado.
Mientras otros blue chips nacionales, y con ellos no pocos valores de nuestra bolsa, rompieron con fuerza al alza justo desde la primera sesión del 2013, Iberdrola dedicaba todo enero a dar interminables toques al techo de ese canal de líneas verdes. No había fuerzas para seguir subiendo ni motivos poderosos para caer. Finalmente, esos motivos han venido con el enrarecimiento general de la situación en las últimas sesiones.
La parte baja de ese canal lateral ha demostrado cumplidamente desde comienzos de octubre su efectividad como soporte para la cotización. Y ahora le toca cumplir una vez más con esa función de sostén para el precio. ¿Aguantaría ese rango lateral un nuevo arreón bajista en el Ibex 35? ¿Coincidirá este acercamiento a la base de ese canal con el reinicio de las alzas en la generalidad del mercado y, por tanto, también en Iberdrola? ¿Seguirá el título, en cualquier caso, manteniendo su singularidad?
Seguiremos los acontecimientos y buscaremos las respuestas a esas preguntas.
