Siempre que nos encontramos con una situación como la que ahora tenemos en nuestro mercado, se nos plantea el mismo dilema: ¿aprovechamos para comprar o esperamos a que las bolsas den una señal de fortaleza renovada?
La primera opción consiste en comprar a la ciega, sin esperar a señal alguna de fortaleza alcista. Basta con haber visto cómo el soporte de los 11.220 puntos ha funcionado en cierres. La cercanía al punto de stop (en ese soporte) nos proporciona una atractiva ecuación riesgo-rentabilidad y no la vamos a dejar pasar. Por supuesto, la ecuación riesgo- rentabilidad sólo ha de ser una variable que guíe nuestras operaciones cuando estemos dispuestos a ser disciplinados en el manejo de los stops.
La segunda opción es la de aquéllos que no se fían ni un pelo de eventuales rebotes y que antes de dar por acabada la corrección necesitan de una prueba adicional por parte del mercado. Están dispuestos a renunciar a esa parte de rentabilidad que cuesta el tener esa prueba, pero buscan algo de seguridad (toda la que se pueda tener en este inseguro mundo de la bolsa) en sus operaciones. Los seguidores de esta forma de actuar no van a comprar el Ibex 35 hasta no ver, al menos, cierres por encima de los 11.465 puntos.
Elegir una u otra opción es, como siempre, cosa de cada uno. Nosotros somos habitualmente más partidarios de la segunda, sobre todo cuando se trata de aconsejar a los demás, aunque en privado más de una vez nos hemos tirado al barro a la ciega.
