Benditos sean los alcistas de Wall Street, porque su fortaleza esconde nuestras debilidades. Y bendita sea Telefónica, porque sin ella nuestro Ibex andaría cotizando algunos cientos de puntos más abajo.
Con esta oración bien presente y con unas velas a San Carlos Borromeo, patrón de la banca para más señas, aún se hace posible pensar que nuestro Ibex 35 mantendrá viva esa directriz alcista nacida en junio, y que hoy ha sido puesta a prueba con ajustadísimo éxito al cierre. Por supuesto, la consecuencia idónea pasaría por romper al alza de una vez por todas la resistencia horizontal de los 10.940-11.000 puntos. Después, y puestos a emular a la lechera del cuento, el techo de ese canal alcista de líneas azules no estaría mal como objetivo.
Telefónica está haciendo un perfecto pull back a la resistencia superada que cotizaba en la banda de precio 19,15-18,85 euros. Si el alcismo que la serie de la teleco atesora no se pierde, y ésa es nuestra hoja de ruta en el título, en cualquier momento el precio debería retomar el camino al alza y dirigirse al enfrentamiento de la resistencia que cotiza en la superación en cierres de los 19,85 euros (línea roja en el gráfico). Superada la misma, ¿por qué no vamos a pensar en un viaje hacia la parte alta de ese canal que delimitan las líneas azules?
Lo de Santander es otra cosa. Vista la incapacidad del valor para superar en el corto plazo la resistencia horizontal que cotiza en los 9,90 euros en precios de cierre y, sobre todo, para cruzar esa directriz bajista, nuestras plegarias deben ir primero encaminadas a no perder el soporte que esa línea azul del gráfico supone. Sería algo así como rememorar el popular virgencita, ¡que me quede como estoy!
Como veis, hoy destilamos mucha religiosidad en nuestro análisis del mercado patrio. Y es que en la bolsa, como en la vida, la fe también tiene su importancia. Fe ciega en los gráficos y en su devenir.
