No podemos evitarlo. Basta con estar ante el comienzo de una nueva semana, un nuevo mes o el segundo trimestre del año para sentir llegado el momento de que nuestro Ibex 35 sea capaz de escapar de esa anodina situación técnica en la que se mueve desde que en agosto del año pasado perdiera con contundencia la zona de los 9.200 puntos (línea verde en la gráfica adjunta).
Desde entonces, la lateralidad se ha instalado en nuestra bolsa, consistente en la oscilación del precio entre la zona de soporte (banda amarilla) que habita en los alrededores de los 7.500 puntos y la resistencia en que se han convertido los citados 9.200 puntos.
La obstinación por perpetuarse que muestra esta tediosa situación puede interpretarse como un síntoma de debilidad, sobre todo si establecemos una comparación con el desarrollo de las gráficas en idéntico período de tiempo en otros mercados.
Pero estamos en jornada de comienzos y toca apuntar algún signo positivo, por leve que sea. Así que nos hemos permitido añadir a nuestra serie semanal de cabecera esa línea negra que da forma a una incipiente directriz alcista. Quizá en próximas sesiones asistamos a un nuevo toque de dicha directriz. Lo que ocurra después lo iremos viendo sobre la marcha.
Es cierto que se trata de una directriz escasamente alcista, por su inclinación, pero es lo que hay.