Una cosa es tener claro, más allá de toda duda razonable, que la tendencia imperante en el Ibex 35 es la bajista y otra muy distinta mantener una visión alcista del corto plazo. Es muy posible que la tendencia se termine imponiendo tarde o temprano y que este movimiento al alza iniciado a finales de julio no acabe siendo otra cosa que una típica onda correctiva del sentido natural de los precios cuando la tendencia es bajista, y que no es otro que el de las caídas describiendo una sucesión de máximos y mínimos relativos decrecientes.
En la gráfica que adjuntamos pueden verse una serie de detalles técnicos, aunque el que más nos importa ahora es el de ese doble suelo confirmado tras sendos apoyos en la zona de los 6.000 puntos y la final superación de los 7.200 (línea naranja). Podemos dar por dibujado incluso un doble pull back a esa línea de resistencia (los 7.200 puntos) cuya superación dio por confirmada la figura alcista de doble suelo.
Con el manual chartista en la mano, y lamentando que las fechas en las que se ha producido la ruptura alcista han restado volumen (y credibilidad, por tanto) al momento de la confirmación de la pauta, las proyecciones teóricas al alza para la cotización se sitúan en los alrededores de los 8.700 puntos, en escala logarítmica (final de la línea punteada azul).
Acudiendo al refranero y recordando al gato escaldado en el que nos ha convertido un poco a todos el comportamiento de la bolsa española en estos últimos años, preferiría esperar a ver cómo el índice es capaz de dejar atrás las importantes resistencias que tiene ante sí para creerme este doble suelo. Si las barreras que suponen esas directrices bajistas rojas y esa zona de los 7.600 puntos que en otro tiempo fuera soporte (línea negra), se acaban superando, el análisis técnico marca objetivos para el índice en los mencionados 8.700 puntos.
Seguiremos los acontecimientos.
