En la dura jornada vivida ayer por las bolsas europeas, dos índices, el Ibex 35 y el Cac 40, consiguieron salvar los muebles, que no fue poco.
Si en el caso del índice francés fue el nivel de soporte de los 3.590 puntos (línea verde en la gráfica adjunta) el que sirvió para detener la sangría, en el caso de nuestro castigado Ibex fue esa línea negra sobre la que ya hemos hablado en anteriores análisis la que impidió que la tormenta acabara siendo un devastador huracán.
Sin embargo, es ahora cuando viene la tarea más difícil para los alcistas. Una vez que han conseguido que esos soportes funcionen, toca mantener al precio sobre ellos y dibujar desde ahí un rebote primero y acaso un cambio de tendencia en el corto plazo después.
La tarea no parece nada fácil y no notamos nada especial en el ambiente que nos invite a creer en la inmediatez de ese contundente rebote. En cualquier caso, seguiremos los acontecimientos muy de cerca.