El poco tiempo de que hoy dispongo lo dedicaré básicamente a recalcar esa idea: aún no hay motivos gráficos para entender que los cortoplacistas deban ponerse en el lado comprador. Quizá mañana las cosas se vean de otra manera, pero a día de hoy eso es lo que hay, o, mejor dicho, lo que yo opino.
La recuperación intradiaria que se ha visto en los cierres europeos, y que podría hacernos albergar la idea de que el mercado empezaba a encontrar suelo, se ha visto finalmente contrarrestada por la vuelta en un día que los mercados de ultramar han dibujado en sentido inverso. La verdad es que sólo los índices tecnológicos (Nasdaq 100 y Nasdaq Composite) siguen presentando una impecable tendencia alcista de corto plazo tras los mínimos de marzo.
Por lo que respecta a nuestro Ibex 35, tal y como se aprecia en el gráfico, los mínimos de hoy han venido a ahondar un poco más en esa amplia franja de soporte que marcamos en verde, consiguiendo incluso cerrar fuera de la misma. De ahí a pensar que las caídas se han acabado aún faltan algunos detalles, tales como una nueva secuencia de máximos crecientes. En cualquier caso, el nivel inferior de esa franja (los 13.045 puntos) son la frontera que no debe perderse en cierres en ningún caso. Por supuesto, siempre cabe jugársela a que esos mínimos de hoy son el inicio de la reacción alcista y el stop de una estrategia compradora en el índice, aunque no dejaríamos de estar operando un poco a la ciega.
En cuanto al Santander, a mi mente calenturienta no deja de preocuparle esa figura que se enmarca y que da cierto aire a una pauta bajista de cabeza y hombros confirmada, y con proyecciones gráficas para el valor en la zona de los 12 euros, donde además le aguardarían importantes soportes. Puede que no acabe siendo nada, pero yo estaría atento a los mínimos de hoy y a su posible pérdida en próximas sesiones.
Hoy más que nunca toca decir que seguiremos los acontecimientos. Por mi parte ha sido todo. Me reclaman otras ocupaciones. Que el mercado os sea propicio.
