Y, por fin, llegó el rebote. Se ha hecho esperar, pero finalmente ha llegado. De un plumazo, el mercado solo tiene oídos para las palabras de Draghi. De un plumazo, el mercado se ha olvidado de la desaceleración de la economía china o de la posible recesión que adelanta la caída del precio del petróleo.
Solo importa comprar, y cuanto antes mejor.
Los que lleven tiempo en esto ya lo habrán visto otras veces. La mayor parte de ellas la cosa acabó en un espejismo pasajero previo a nuevas y contundentes caídas. Solo de vez en cuando estos rebotes acaban siendo el inicio de un cambio de tendencia.
Distinguir qué tipo de situación tenemos ante nosotros exige más dibujo del que tenemos disponible, a no ser que realmente poseamos dotes adivinatorias o simplemente no nos importe jugar a pitonisos.
Las gráficas semanales dejan velas esperanzadoras, tanto en el Ibex como en su valor director (Santander). Pero una vela nunca hace tendencia. Ya en octubre pasado asistimos a una formación similar en el Ibex 35 y lo que vino tras unas semanas de reposo no fue otra cosa que la continuidad bajista.
Curiosa formación la que dejan las dos últimas velas semanales del Santander. Dos cuerpos reales minúsculos y amplias mechas, la de esta semana hacia abajo y la de la pasada hacia arriba. Típica pauta que nos habla del equilibrio de fuerzas que se produce en estos niveles de precio entre compradores y vendedores.
En el corto plazo, las gráficas intradiarias de los cfd´s nos dicen que, aunque se han superado las resistencias más cercanas, el camino de la recuperación alcista está plagado de minas. El Ibex tiene la más cercana en la superación en cierres de los 8.935 puntos y el Santander en los 4,15 euros. Son las más próximas al precio de cierre de este viernes, pero ya decimos que no son las únicas.
Delimitar dónde se encuentra la resistencia cuya superación deba interpretarse como una señal definitiva de fortaleza alcista fiable no es fácil. En nuestra opinión, esa barrera con mayúsculas se encontraría en los huecos bajistas con los que empezó el año. Superar en cierres los 4,56 euros del Santander o los 9.545 puntos del Ibex equivaldría a dar por muertos a los bajistas. Seguramente habrá quien opine que eso es exigir demasiado y que colocar en esos niveles la prueba definitiva del cambio de tendencia supone perderse buena parte del rebote. Pero es nuestra opinión y no podemos decir otra cosa.
Todo dependerá, como siempre, del devenir que tomen los acontecimientos en Wall Street, donde también toca rebote, pero sobre eso hablaremos después de la publicidad.
(Pulsa sobre los gráficos para obtener una vista detallada)