Esto ya no es una simple divergencia. Lo que venimos viendo últimamente en el mercado español empieza a parecer otra vez el reflejo de un sentimiento de desconfianza hacia nuestro país y, por ende, hacia sus empresas.
Mientras nuestro Ibex ha cruzado a la baja alegremente esta mañana el soporte que anoche comentábamos y que cotizaba en la zona de los 10.520 puntos, el resto del mundo bursátil anda con una ligera y lógica resaca tras las fuertes subidas de los últimos días.
Es cierto que gran parte de culpa del comportamiento divergente de la bolsa española es achacable a la banca y al sentimiento negativo que pesa sobre el sector financiero en general, pero también lo es que empieza a haber síntomas de que ese sentimiento se está trasladando a otros sectores nacionales.
Técnicamente, lo decíamos anoche, el cruce a la baja de esa cota de los 10.520 puntos bien pudiera interpretarse como la confirmación en el corto plazo de una pauta bajista en forma de hombro-cabeza-hombro, formación que habría venido a dibujar un techo de mercado, poniendo con ello el punto final al tímido movimiento al alza protagonizado por nuestro Ibex desde finales de agosto para acá.
En puridad chartista, la pauta que mencionamos tiene unas proyecciones teóricas para el precio en la zona de los 10.050 puntos (final de la línea punteada roja del gráfico), si bien nos interesa más su cualidad de techo de mercado que el que consiga o supere ese objetivo.
Seguiremos los acontecimientos.