La crisis ha supuesto un considerable aumento de la cultura económica del país. En bares y peluquerías, la gente encuentra un momento para hacer una pausa en los habituales comentarios sobre la última bufonada de algún famosillo de medio pelo o sobre la enésima astracanada del ínclito Mourinho, pausa que da pie a acalorados debates sobre la recesión, el déficit público o la prima de riesgo.
Seguramente no todos los efusivos participantes en estas tertulias tengan muy claro el significado de tales términos; pero tampoco es algo que importe demasiado: son verdaderos expertos en sobrevivir al día a día, y eso les proporciona un conocimiento profundo de la economía real. Quizá desconozcan qué es eso del diferencial en puntos básicos de la deuda española respecto a la alemana, pero conocen bien sus consecuencias.
En estrictos términos chartistas, también resulta más que evidente ese diferencial entre la gráfica del Dax alemán y el Ibex español. Si en una serie, la alemana, la mirada tiende hacia arriba; en la otra, la española, nuestros párpados están a punto de cerrarse de tanto mirar hacia abajo.
Estamos ante momentos importantes para el Ibex 35. En gráfica diaria (la que se acompaña a este análisis), el índice se la juega en el mantenimiento de ese soporte horizontal que marcamos con una línea negra. Para dar más énfasis a la situación que atravesamos, la cotización se ha vuelto a meter de lleno en la franja de soporte que va de los 7.425 a los 7.840 puntos y que habitualmente marcamos en nuestro gráfico semanal de cabecera. Por ahí se produjo, en el curso de pocos días, el escape alcista tras los mínimos de marzo de 2009 y por ahí se han podido detener las caídas en septiembre y noviembre del año pasado.
Si ahora se cayera por debajo de esas cotas, serían precisamente esos mínimos de hace tres años el objetivo más plausible para el precio en el corto plazo.
No nos ayudaría mucho un escenario correctivo en índices alcistas, como es el caso del Dax. Si los alemanes deciden irse a buscar el soporte que cotiza en los alrededores de los 6.400 puntos (banda amarilla en la gráfica adjunta), nuestro empeño en ser diferentes podría abocarnos sin remedio camino de los comentados mínimos de 2009.
Seguiremos los acontecimientos.