Impresiona ver la verticalidad con la que el Nasdaq se viene desarrollando desde la primera sesión de septiembre para acá, liderando con pulso firme, como debe ser cuando los movimientos tendenciales son buenos, la recuperación alcista en Wall Street.
Tanto es así que podría pensarse que esto es tan fácil como elegir cualquier compañía de entre las verdaderamente grandes del sector y comprar sin siquiera echar un vistazo a la serie, en la seguridad de que las ganancias caerán de nuestro lado.
Pero el mercado que vivimos no es tan simple, afortunadamente. Intel, esa empresa que tiene colocado uno de sus procesadores en la práctica totalidad de los hogares del planeta, presentó anoche resultados, cuadruplicando los comparables de hace un año. Impresionante, si no fuera por un pequeño detalle: la directriz bajista de medio plazo que dejamos marcada en la serie diaria que ahora traemos en tiempo real. Una vez más, el precio lo descuenta todo, y ese todo, sea lo que sea, va más allá de unos resultados espectaculares. Es una de las ventajas del análisis técnico, toda la información que necesitamos para tomar decisiones de inversión está a la vista y se encuentra contenida en el precio y su devenir a lo largo del tiempo.
Por contra, Apple, el verdadero motor del Nasdaq 100, supera a estas horas por primera vez en su historia la cota de los 300 dólares. Algo debe haber detrás de esa manzana mordida para que el título ande en subida libre.
Y es que, por fortuna, en el mercado tecnológico, como en cualquier otro, no todo el monte es orégano.
