Durante años, los destinos de Jazztel y Zeltia corrieron parejos. Ambos títulos formaron en lo que entonces era una ciberbolsa que comenzaba a andar una especia de bipartidismo en foros y portales bursátiles. Una legión de incondicionales forofos se afanaba en poblar internet de mensajes positivos, por más que las cotizaciones hablaran de un gigantesco descalabro y de miles de pequeños inversores con cuantiosas pérdidas acumuladas.
Afortunadamente, tengo la sensación de que aquellos días de mentiras y calientavalores han pasado a la historia. Será que nos hemos vuelto algo más maduros a la hora de encarar este mundo de la bolsa o será que ya no frecuento determinados lugares.
Lo que durante tanto tiempo fueron dos valores y un destino, se ha convertido en estos últimos dos años en una odiosa bifurcación para los seguidores de la farmacéutica gallega.
Técnicamente, Zeltia se asoma estos días al precipicio que supondría perder solventemente y en cierres semanales la cota de los 2,35 euros (línea verde en el gráfico adjunto). La demostrada incapacidad para batir la directriz bajista roja y para superar esa línea azul que cotiza en la zona de los 3,15 euros y en la que el precio ha pivotado en el último año no son síntomas que inviten al optimismo desde un punto de vista tendencial.
Por supuesto, los que queden de esa legión de forofos de la que antes hablábamos verán las cosas desde su particular punto de vista, lamentablemente siempre alejado de criterios técnicos o tendenciales. Los zeltianos preferirán ver una clara oportunidad de compra en este acercamiento al soporte de los 2,35 euros. En fin, en este mundo el que no se consuela es porque no quiere.
Bien distinto es el aspecto y el camino que Jazztel emprendiera hace ya un par de años. Hemos dedicado no pocos análisis a cantar las excelencias del título y no vamos a aburrir al lector recordándolas. Basta echar un vistazo a la serie semanal para comprender que, una vez más, las comparaciones pueden ser realmente odiosas.
