Jazztel y Zeltia pasarán a la historia de la bolsa española, entre otras cosas, por haber sido durante años los causantes de que muchos pequeños inversores se sintieran atraídos por los mercados, consiguiendo al mismo tiempo que no pocos dejaran la bolsa para siempre.
Caldo de cultivo durante lustros de calientavalores, agencias centimeras, analistas sin escrúpulos y demás malas hierbas de la flora bursátil, los dos valores han perdido ya buena parte de su poder de convocatoria. Como sucede con las viejas glorias, ni Jazztel ni Zeltia podrían ya aguantar un partido completo en la primera línea que un día frecuentaron y dominaron.
Sus caminos en los dos últimos años difieren claramente. Mientras Jazztel se ha convertido hace tiempo en uno de los valores de nuestro Mercado Continuo con mejor aspecto técnico en prácticamente todos los plazos, Zeltia sigue inmersa en su particular tendencia bajista de fondo.
Hace ya algunos meses, y bastantes céntimos, que recomendamos Jazztel como valor idóneo para ocupar esa pequeña porción de la cesta de valores que debe dedicarse a títulos de este tipo. Con Zeltia, me van a permitir que les siga recomendando la abstinencia.
Si en Jazztel, como valor con una impecable tendencia alcista, cada retroceso ha de ser visto como una oportunidad de compra al menor síntoma de vuelta al alza; en Zeltia, por el contrario, cada rebote nos hace temer que algún incauto se vea atrapado por las redes de la tendencia de fondo.
En Zeltia sólo nos jugaríamos unos euros al estilo tragaperras con cierres por encima de los 3,15 euros y stop inicial de protección marcado a fuego en la pérdida de los 3 euros.
En Jazztel, vigilamos este descanso que se está tomando ante la eventualidad de que en cualquier momento vuelva a dar compra. Un nuevo acercamiento a la base del canal gris del gráfico diario adjunto o la superación en cierres de los 4 euros serían las premisas activadoras de las compras, entendiendo en el primer caso necesario un atisbo de rebote desde el suelo del canal mencionado.
Y es que no todos los chicharros son iguales, en términos tendenciales, claro está.