Cuando no se pueden superar las resistencias, la mayor parte de las veces sucede que los precios acaban buscando soportes que cotizan más abajo. Nuestro Ibex 35 no ha podido batir la barrera en que se han convertido los 10.600 puntos una vez cruzados a la baja, y la cotización parece irremediablemente en la obligación de buscar apoyo en el soporte que se encuentra en la zona de los 10.250 puntos (línea negra en el gráfico adjunto), pudiendo incluso sentir la necesidad de encontrarse con la parte baja del canal que definen las líneas anaranjadas antes de volver a rebotar.
En Wall Street, a las horas que escribimos este artículo, cuando faltan escasos diez minutos para el cierre, tanto el Dow Jones como el S&P 500 han franqueado a la baja las directrices alcistas que guiaban el corto plazo, entendiendo por tal espacio de tiempo el de los tres últimos meses. No es una buena noticia, aunque la verdadera batalla se juega en estos minutos finales en los verdaderos soportes, a saber, los 11.980 puntos del Dow y los 1.295 del S&P 500 (líneas negras en nuestros gráficos de cabecera).
Mañana, cierre semanal para más señas, el resultado de esa batalla por mantenerse por encima de tales cotas será la noticia a seguir. Lo que haya de suceder puede tener implicaciones relevantes, sobre todo porque de su respeto o de su pérdida puede depender en buena medida el calado de la corrección que vive la bolsa neoyorquina desde mediados de febrero.
Eso sí, por allá, y aunque la cosa empeorara en el corto plazo, seguiríamos asistiendo a una lógica corrección de lo mucho que se ha subido en estos últimos meses. Por aquí, la situación es sensiblemente distinta: las bajadas, más que una lógica corrección, serían un lógico movimiento de continuidad bajista dentro de un gran tramo correctivo que dura ya más de un año.
Sobran, pues, los motivos para estar pegados a la actualidad de los mercados, de los de aquí y de los de allá.