El hecho de no haberse producido velas de un tamaño apreciable ni un volumen especialmente digno de mención han conseguido que once sesiones consecutivas al alza hayan pasado prácticamente desapercibidas. Pero esa forma de hacer las cosas suele denotar una clara apuesta alcista del mercado por el título, así que lo ponemos en vigilancia ante la eventualidad de que, quizá tras un ligero retroceso, acabe rompiendo al alza la zona de resistencia a la que deberá enfrentarse en el futuro inmediato, dando con ello una definitva señal de compra en el medio plazo.
Y es que, si no se viene compado desde abajo, mejor esperar a ver cómo el precio enfrenta las sucesivas barreras que va a encontrar en la superación en cierres de los 58,20, 59,70 y 61,75 euros. Tres pruebas de fortaleza inmediatas a las que estaremos muy atentos, ya que, llegado el caso, recorrido por arriba no le falta.
