No nos gustan las series de precios como la que dibuja Mapfre. Hay demasiada electricidad en esos verticales movimientos que el precio dibuja estos últimos años, unos al alza y otros a la baja, impulsos tan acelerados que en poco más de un mes se ha vendido todo el pescado.
Pocas conclusiones puede sacar un operador seguidor de tendencia de una gráfica como la de Mapfre, salvo quizá la más evidente de estar ante un título que respeta una directriz bajista y que tiene un soporte horizontal más o menos fiable en el mantenimiento en cierres semanales de la zona de los 1,40 euros.
No podemos, o no sabemos, decir mucho más. Quizá en el futuro cambie la situación. Si les pareció un análisis extremadamente simple, piensen que lo hemos hecho por la obligación de actualizar para los lectores nuestra gráfica de cabecera semanal en el valor.