El precio del petróleo cae con fuerza desde mediados de septiembre. Tanto es así que el tramo alcista iniciado a finales de junio, y que se recoge en las gráficas que se adjuntan, está seriamente tocado.
Se ha perdido la directriz alcista que guiaba los precios hacia arriba, cayendo además la zona de soporte horizontal que había frenado los retrocesos desde mediados de agosto. El cruce a la baja del nivel de los 94 dólares en el West Texas y de los 111,50 en el Brent (las líneas verdes de las series) ha supuesto un duro golpe, técnicamente hablando, para los alcistas.
El posterior pull back a esa zona de rotura bajista no hace otra cosa que dar más credibilidad a la propia ruptura. Si en próximas horas o días se perforan los 107 dólares del Brent o los 91 del West Texas, ese retroceso al soporte perdido para seguir bajando se habría completado, marcando la continuidad de las caídas como escenario más probable para el muy corto plazo.
En cualquier caso, si están leyendo este análisis esperanzados en que su próximo repostaje en la gasolinera recoja estas bajadas, no echen las campanas al vuelo. Lamentablemente, hace mucho tiempo que las caídas en el precio del petróleo no guardan una relación exactamente proporcional con las bajadas en el precio de los combustibles.
A veces las matemáticas fallan, y casi siempre los afectados por esos fallos somos los mismos.
