Previsiones bursátiles para 2011

Dejar de fumar, iniciar la enésima dieta milagro o simplemente retomar la abandonada colección de sellos. Como todos los años por estas fechas, vivimos momentos de buenos propósitos.

De la misma manera que el nuevo año nos impulsa a creer que seremos capaces de llevar a cabo aquello que lleva demasiado tiempo en tareas pendientes, así también acostumbramos a pensar que a un año de bolsa bajista le sucederá, irremediablemente, otro de signo contrario.

Esta esperanza en un cambio positivo, que tan útil puede resultar en otras facetas de la vida, puede sin embargo no ser tan beneficiosa en esto de la bolsa. Creer que el Ibex, por el mero hecho de haber cruzado un desierto bajista durante todo el año 2010, encontrará su oasis alcista a lo largo del año entrante no deja de ser una afirmación gratuita.

Si por previsión hemos de entender la acción y efecto de prever, nuestras previsiones para la bolsa española en este año recién estrenado se adecúan más a las contenidas en la segunda de las definiciones que la Real Academia da de este término, a saber, conocer o conjeturar por algunas señales o indicios lo que ha de suceder, que a las de la primera de las definiciones, ver con anticipación.

Somos incapaces de vislumbrar dónde estará el Ibex el 31 de diciembre, aunque quizá, con un poco de suerte y algo de método, sí podamos atisbar con la antelación debida un cambio de tendencia en la bolsa española, caso de que tal cosa se produzca.

Dejando a un lado el prever, y centrándonos en el ver, lo que sí observamos es que las cosas siguen en este nuevo año tal y como las dejamos en el viejo: la bolsa española y sus valores directores siguen con esa debilidad sin orillas que la hace incapaz de encontrar un puerto en el que cambiar de rumbo. Y, mientras dura nuestra difícil travesía, las naves de ultramar siguen sin dar señal alguna de debilidad.

Año nuevo, pero la misma bolsa.