Pues sí, esta tarde he decidido ponerme largo en este índice. La verdad es que podía haberlo hecho en otro cualquiera, incluido nuestro Ibex 35, pues los motivos que me han llevado a ello confluyen en gran parte de los gráficos, pero hoy le tocaba a la madre de los índices europeos. Las razones que han motivado mi decisión son éstas:
-La creencia que tengo, y que ya he mantenido en varios análisis en éste y en el anterior sitio, sobre la formación de un suelo por parte de los mercados americanos, lo que equivale a un frenazo en las caídas a ambos lados del Atlántico. Lo lógico es que, con mayor o menor velocidad, los mercados retomaran la senda de la recuperación alcista. Por supuesto, este convencimiento es el fruto del análisis gráfico y seguramente choca con los datos fundamentales, pero, para bien o para mal, mi método de especulación se ciñe a los dictados del chartismo.
-El índice en cuestión, al igual que el Cac 40 ó el Ibex 35, ha venido hoy a testar el hueco alcista dejado la semana pasada, dejando una vela final que indica una bonita vuelta en un día. La pauta de cabeza y hombros en formación y la vela de acumulación dejada en la sesión del 20 de marzo han acabado por inclinar la balanza con la que uno siempre sopesa sus decisiones hacia el lado comprador.
-Excelente ecuación riesgo-rentabilidad. Un dato nada desdeñable en toda estrategia es la proximidad de un stop fiable. Y en el caso del Dax, ese stop fiable pasa por cierres que taparan por completo el enorme hueco alcista que se marca (poco más de 150 puntos de pérdida), mientras que, si estoy en lo cierto, los objetivos para el precio cotizan como mínimo 500 puntos más arriba.
Que el mercado reparta suerte, y si me da la razón, mejor que mejor.
