Tuvo su semana de debilidad este verano y ello propició esa contundente pérdida de la directriz alcista nacida con los mínimos de 2009 (línea azul en la gráfica adjunta). Si hemos de atender al comportamiento del volumen (escasísimo en las bajadas), Repsol se vio arrastrado por el entorno más que por un verdadero sentimiento negativo de los operadores.
En cualquier caso, el precio detuvo su caída justo donde debía hacerlo, en la confluencia de soportes que suponía la intersección de las líneas verde y roja inferior, manteniendo en estos momentos un aspecto técnico apreciablemente mejor que el de otros blue chips nacionales.
Pero por más que nos siga gustando el título, nobleza obliga y no podemos eludir dejar constancia de dos motivos técnicos apreciables en la serie semanal. El primero, bastante evidente, consiste en la posibilidad de haber vivido estas dos últimas semanas algo así como el final de un gran retroceso hacia la directriz alcista perdida en su momento. El segundo no es otro que la envolvente bajista dibujada por esas dos últimas velas semanales.
Dos detalles técnicos que apuntan la posibilidad de estar ante un techo temporal de mercado, al menos en el corto plazo, antes de poder retomar la senda alcista. Sería bueno ver un cierre semanal que superara con contundencia la zona de los 22,50 euros, ya que con ello se acabarían de disipar las dudas que los motivos técnicos expresados pueden crearnos.
Seguiremos los acontecimientos.