El triple apoyo en la zona de los 11 euros ha conseguido ya sus objetivos teóricos para el precio. ¿Quiere decir eso que es momento de vender Repsol? La respuesta no puede ser otra que una rotunda negativa. El que se haya alcanzado la proyección que para esa pauta nos dictan las reglas chartistas no implica que el control alcista de la situación haya terminado.
De hecho, por el camino se ha producido el reciente cruce al alza de la directriz bajista que se marca en rojo en la gráfica adjunta, lo que da mayor credibilidad al movimiento alcista iniciado este verano.
Dejado esto por sentado, sí cabe apuntar sin embargo que la cotización se encuentra estos días luchando por superar la resistencia horizontal (banda amarilla superior) dejada por un significativo hueco bajista en el mes de abril. Los que tuvieran la suerte de comprar en julio pueden estar barajando la idea de proteger convenientemente su inversión y no darle al mercado demasiado margen, realizando sus plusvalías latentes al menor síntoma de fatiga alcista.
Si el precio se muestra incapaz de conseguir en próximas sesiones cierres por encima de los 16,75 euros (resistencia horizontal comentada), y esa incapacidad va seguida de un retroceso que nos dé cierres diarios por debajo de los 15,70 euros, los operadores con ganancias acumuladas podrían tener ya motivos para apretar el botón de las ventas.
No es que con ese escenario Repsol se hubiera tornado bajista en el corto plazo, ya que para que eso ocurra deberíamos ver cierres por debajo de los 13,80 euros. Pero una cosa es la tendencia y otra el trading.
Seguiremos los acontecimientos.