SACYR y EBRO FOODS. La hora de los malditos.

Si una cosa caracteriza a este contundente rebote vivido en el mercado español en las últimas dos semanas, ésa es el que las mayores subidas se hayan producido en los valores más castigados, mientras que títulos como los de Inditex, Ebro Foods o la misma Iberia, con series auténticamente alcistas en el medio/largo plazo, esta alegría desmedida haya pasado de largo, cuando no la hayan aprovechado para corregir.

Este dato, si bien cargado de lógica sicológica, no deja de ser preocupante, sobre todo porque deja en el aire cierto tufillo a rebote del gato muerto, contundente, pero rebote de felino fenecido al fin y al cabo. El desenlace de la relación de amor y odio que el Ibex 35 mantiene con los 11.000 puntos seguramente aclarará bastante este enrevesado guión (perdonen los académicos por el acento) digno del mejor culebrón.

Sin duda, a los que lo hayan sabido aprovechar convenientemente, esta reflexión les será del todo indiferente. De hecho, desde aquí entonamos el mea culpa por no haber visto (y dado noticia de ello convenientemente en el blog) cómo Sacyr Vallehermoso cruzaba al alza la resistencia que cotizaba en la zona de los 4,80 euros (línea naranja en el gráfico adjunto).

Si el rebote es bueno, es decir, si estamos en presencia del comienzo de algo que va más allá de una lógica explosión de ánimos contenidos  tras  meses y meses de bajismo, y que acabará por invertir la tendencia de la generalidad de nuestro mercado, los gráficos nos lo dirán con claridad, comenzando por describir en su momento un segundo impulso al alza tras una adecuada corrección.

Ya sé que no vende tanto nuestro discurso como otros que podéis encontrar por ahí. Pero, afortunadamente, nosotros no tenemos que  escribir  acuciados por la necesidad de vender un producto.

Así que seguiremos insistiendo en lo mismo de siempre: mientras los gráficos no digan otra cosa, apostemos por la tendencia. Y no me negarán que Sacyr no aguanta la comparación con Ebro Foods. Por más que uno rebote con fuerza y el otro corrija hasta esa zona de soporte (línea naranja en el gráfico), o incluso lo hiciera más abajo, hasta la directriz alcista azul; nosotros seguiremos viendo las cosas como una oportunidad de venta al menor síntoma de agotamiento en el primer caso y como una clara señal de compra en el segundo a poco que la serie dé muestras del final de la corrección.

No digo yo que nuestra visión sea mejor que cualquier otra, pero es la nuestra. Imagino que, a estas alturas, los lectores ya habrán notado cierto cambio en nuestra línea editorial. Dejamos de lado el corto y muy corto plazo en las acciones, dejando sólo (otra vez mil perdones a los autores de la nueva gramática) las distancias cortas para los índices y de forma ocasional. Y lo hacemos para dar una visión técnica en gráficos semanales, alejada del ruido diario de los mercados, aunque pegada a los acontecimientos, como siempre.

Vamos ya teniendo una edad. El ruido que antes nos atraía como una poderosa droga ahora comienza a resultarnos molesto. Vamos teniendo una edad, incluso para algo tan simple como lo sería sólo cambiar el guión. Pero es que, aunque viejo, uno todavía no es un truhán.