Comienza un nuevo mes. Un nuevo trimestre y el segundo semestre del año inician hoy también su andadura bursátil. Y el Santander lo hace justo tras dejar una última vela en gráfico semanal de las que invita a la elucubración.
La vela dejada la semana pasada por el valor que guía los destinos del Ibex 35, con su pequeño cuerpo real (se abrió el lunes en 4,94 y se cerró el viernes en 4,90 euros) y sus sombras superior e inferior alargadas, es capaz de ofrecer argumentos tanto a los alcistas como a los bajistas.
Los primeros, entre los que militan los siemprealcistas empeñados en negar las evidencias, verán en esa vela el esbozo de una pauta de vuelta al alza que debería confirmarse con una vela netamente alcista en esta semana que ahora comienza. Al menos, argumentarán los alcistas más moderados, en los mínimos de la semana pasada en los alrededores de los 4,80 euros debería estimarse la existencia de un soporte capaz de impedir que la sangría llegue a mayores.
Los segundos, bajistas impenitentes y pesimistas sin arreglo posible, opinan que una vela nunca hace tendencia y que esta, pese a quien pese, es bajista en el medio plazo (del largo plazo mejor no hablar) tal y como atestigua el sentido del precio en todo lo que va de año.
Desde luego, si procedemos a un recuento de ondas en gráfica semanal tomando como punto de partida los máximos de comienzos de año en la zona de resistencia de los 6,65 euros, no podemos evitar ser asaltados por el temor que nos infunde la idea de estar iniciando el dibujo de una onda tres bajista que bien pudiera llevar al Santander en próximas semanas camino del soporte con mayúsculas que cotiza en los alrededores de los 4 euros.
Son palabras mayores y quizá sea mucho aventurar. Pero el dato invita, cuando menos, a la prudencia y a eludir abrir alegremente posiciones compradoras hasta que no se vean síntomas prometedores en la serie.
Seguiremos los acontecimientos.